Violencia
familiar
LA VIOLENCIA.
Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia
la asociamos generalmente a la producida por la agresión física.
Sin embargo, en nuestro país la violencia tiene diferentes manifestaciones, las
cuales podríamos clasificar las expresiones de violencia en:
Violencia
Doméstica. La
violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso
de los niños.
Violencia
Cotidiana. Es
la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de
las reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte público,
la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos mostramos
indiferentes al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana
y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha
cuyo escenario se convierte en una selva urbana.
Violencia Política. Es aquella que surge
de los grupos organizados
ya sea que estén en el poder o
no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano
común ante los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones,
así como la existencia de las llamadas coimas como:
manejo de algunas instituciones y
las prácticas de Despotismo institucional. También la violencia producida por
la respuesta de los grupos alzados en armas.
Violencia
Socio-económica. Que
es reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de
grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto básicamente
reflejado en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y
la salud.
Violencia
Cultural. La
existencia de un país oficial y un país
oculto (comunidades nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de
identidad nacional
y facilitan estilos de vida poco saludables.
Violencia
Delincuencial. Robo,
estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos
para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual
u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo, no ayuda a
resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo que
les vende la sociedad, el éxito fácil.
Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y
preparación. Requiere desarrollar recursos internos
y metas. Los jóvenes de nuestro país tienen oportunidades de orientación y
canalización de sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y
las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia
sin futuro y sin horizontes pueden cambiar.
TIPOS
DE MALTRATO.
Maltrato Físico.
Lesiones
físicas graves: fracturas
de huesos, hemorragias, lesiones internas, quemaduras,
envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
Lesiones
físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica
y no ponen en peligro la salud física del menor.
Maltrato
Emocional.
Rechazar: Implica conductas de
abandono. Los padres rechazan las expresiones espontáneas del niño, sus gestos
de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo incluyen en las actividades
familiares.
Aterrorizar: Amenazar al niño con
un castigo extremo o con un siniestro, creando en él una sensación de constante
amenaza.
Ignorar: Se refiere a la
falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El padre está
preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del niño.
Aislar al
menor: Privar
al niño de las oportunidades para establecer relaciones sociales.
Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la normal integración del
niño, reforzando pautas de conductas antisociales.
Maltrato por
Negligencia.
Se priva al niño de los cuidados básicos, aún
teniendo los medios económicos; se posterga o descuida la atención de la salud,
educación, alimentación,
protección, etc.
¿Quiénes
son maltratadores? Son
todas aquellas personas que cometen actos violentos hacia su pareja o hijos;
también puede ser hacia otros en general.
¿Por qué maltratan? Porque no saben
querer, no saben comprender, no saben respetar.
¿Qué características tienen los maltratadores?
2. No controlan sus impulsos.
3. Fueron víctimas de maltrato en su niñez.
4. No saben expresar afecto.
¿Qué
características tienen los maltratados?
1. Tienen baja autoestima.
2. Sumisos.
3. Conformistas.
4. Fueron víctimas de maltrato.
5. No expresan su afecto.
¿Qué se debe
hacer para no llegar al maltrato?
Aprender a:
- Comprenderse.
- Comunicarse con calidez y afecto.
- Respetarse.
La violencia constituye un elemento cotidiano en la
vida de miles de niños y niñas en el Perú, siendo la violación y el abuso sexual que
se cometen contra este vulnerable sector de la población, una de sus manifestaciones
más dramáticas y extremas. La violación y el abuso sexual afectan una
pluralidad de derechos humanos fundamentales tales como la libertad sexual,
la integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su dimensión más
amplia, comprometiendo el futuro de las víctimas.
Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales
han sido constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de
su trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un problema de
derechos humanos, coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas
de las cuales lo asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo
políticamente y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen
en la impunidad.
Asimismo, los distintos sectores sociales en
Argentina, al abordar el problema de los derechos humanos, no conceptualizan
las agresiones sexuales como un problema que afecte profundamente tales
derechos sino, más bien, como un asunto de naturaleza puramente
sexual. Se diferencian así de la comunidad internacional,
para lo cual la violencia contra la mujer es
tema de la agenda pública y constituye un problema global que afecta los
derechos humanos, y es un obstáculo para el desarrollo.
Son múltiples los factores que contribuyen a
producir y perpetuar la violencia, siendo fundamental, a nuestro juicio, la socialización, que forma individuos con roles diferenciados y
asimétricos, y coloca a la vez en posiciones de subordinación a las mujeres y
de dominación a los varones, adjudicándoles valores distintos.
Al respecto, David Finkelhor sostiene que la victimización sexual probablemente
es tan común en nuestras sociedades debido al grado de supremacía masculina existente.
Es una manera en que los hombres, el grupo de calidad dominante,
ejercen control sobre
las mujeres. Para mantener este control, los hombres necesitan un vehículo por
medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en orden y socializada
dentro de una categoría subordinada. La victimización sexual y su amenaza son
útiles para mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso comienza en la infancia con
la victimización de la niña.
Factor importante que actúa en la reproducción social
de este fenómeno es también el derecho legitimado que los padres y tutores
tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual como medio eficaz de
control y socialización. Se produce así una internalización y aprendizaje de
estas conductas, las cuales se repetirán más adelante, garantizándose su
permanencia. Otro elemento, no menos significativo, es la violencia ofensiva o
sutilmente transmitida por los medios de comunicación, que difunden imágenes y
mensajes cargados de sexo, discriminación y muerte, invadiendo y agobiando permanentemente a personas de
todos los sectores sociales.
Dimensiones
de la violencia sexual contra niños y niñas.
Las características de las agresiones sexuales
perpetradas contra los niños hacen prácticamente imposible aproximarnos
siquiera a su verdadera magnitud. De otro lado, no existen investigaciones científicas oficiales que permitan un diagnóstico veraz;
tampoco existen registros rigurosos,
elaborados con criterios homogéneos que proporcionen información cuantitativa
adecuada.
Asimismo, los mitos y
prejuicios sociales, los obstáculos que se presentan en la administración de justicia contra
quienes deciden denunciar la legislación inapropiada que no recoge las
distintas modalidades de agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden
acercarnos a una dimensión más realista de este fenómeno social. Los casos
registrados, que corresponden sólo a algunos denunciados, significarían apenas
la punta del iceberg, sobretodo en cuanto se refiere a violaciones, incestos y
todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y niños, ya que por
investigaciones no oficiales sabemos que la mayoría de violaciones no se pone
en conocimiento de
las autoridades, formando parte en gran medida de la criminalidad oculta.
Si bien es virtualmente imposible contar con cifras
exactas, algunos estudios ofrecen una aproximación, la cual constituye una
referencia alarmante.
Que los delitos contra
las buenas costumbres son un problema de importancia, ya que estas infracciones
se mantienen en el tercer lugar de mayor frecuencia en el país.
Que las violaciones en menores de edad constituyen
el atentado de mayor registro en
los últimos 20 años.
Que las infracciones sexuales se registran en zonas urbanas y rurales, de cualquier clase social,
principalmente dentro del seno de la familia, con delitos agravados por el vínculo.
Que los autores de este tipo de delitos presentan
mayor constancia en el grupo etario de 18 a 27 años, y entre personas con
educación básica regular.
Que la criminalidad sexual sigue una tendencia
ascendente en los últimos años.
Que la mayoría de las victimas no denuncia la
agresión por mucho tiempo, y si la denuncia no es tenida en cuenta por la
familia para darle la protección necesaria
Consecuencias de la violación y el abuso
sexual.
En cuanto a las consecuencias, estudios realizados
a nivel internacional concluyen que las agresiones sexuales perpetradas contra
un niño impactan gravemente su mundo interno, destructivos en la vida de la
niña o niño. Dichos estudios sostienen que estas agresiones producen en la
víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas, problemas
interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e irreversibles, incluso
en algunos casos pueden ocasionar la muerte por
traumatismo o suicidio, efectos que requieren intervención profesional
inmediata.
Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para
el Estudio de la Violencia Familiar de la Universidad de
New Hampshire, en una investigación realizada en 1980 con una muestra de 796
estudiantes de colegio, encontró problemas de sexualidad y
bajos niveles de autoestima en aquellos participantes que habían sido
victimizados sexualmente durante su niñez. El Dr. Nahman Greenberg, psiquiatra
e investigador de la Escuela deMedicina de
Illinois y Director de la Unidad de Servicios por
Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La epidemiología del abuso sexual" (1979) plantea la
existencia de un alto riesgo de
trauma mental para las niñas y los niños que han sido envueltos por adultos en
actividades sexuales.
En la práctica clínica con jóvenes y adultos (as)
que han sido abusados sexualmente durante su niñez, se han encontrado:
1) Dosis internas de emociones, como desesperanza, minusvalía, vergüenza, culpa e
ira, acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima siente
terror al identificarla y en algunos casos invierte dosis inmensas de energía
en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta se expresa, los varones tienden a
dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas, mientras que las
mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente en
comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o
golpes y realizando intentos de suicidio.
2) Una gran dificultad para confiar. La misma
entorpece grandemente el proceso de terapia.
3) Poca habilidad para establecer relaciones con
pares.
4) Desbalance en las relaciones que se establece,
en las que tiende a ocupar una posición inferior. Es común que la mujer abusada
sexualmente en su niñez se convierta en esposa maltratada.
5) Temor a convertirse en agresor o agresora.
6) Problemas en su sexualidad.
Manifestaciones más frecuentes de violencia
intrafamiliar.
El maltrato
físico. Su
explicación es obvia; se refiere a todas aquellas acciones violentas
que dañan la integridad física de las personas. Por lo general, es un maltrato
visible. Puede afirmarse que fue el tipo de maltrato que propició todo este
proceso de búsqueda de respuestas legales, por tratarse de la agresión más
evidente.
El maltrato
psicológico. Que
se refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que tienen por objeto
humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de
cualquier persona. Esta es una manifestación de violencia mucho más
difícil de demostrar, sobretodo en los casos en que se produce en el interior
de un grupo familiar.
La violencia
sexual. Que
es toda manifestación de abuso de poder en la esfera de la vida sexual de las
personas, pudiendo ser calificada o no como delito. Decimos esto porque, actualmente, algunas
manifestaciones de violencia sexual son ignoradas por nuestra legislación
penal. Pueden ir desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal o
vaginal. Estos últimos supuestos son considerados por nuestra ley como delitos
de violación.
Contra la
Violencia Familiar.
Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo fortalecer la formación escolar y
extraescolar en la enseñanza de valores éticos y humanos, de relaciones humanas
igualitarias para, precisamente, prevenir que se sigan reproduciendo las
relaciones de jerarquía que ubican a unas personas en desventaja frente a
otras, y que constituyen causa importante de la violencia en el interior de la familia.
La
intervención de un terapeuta familiar
La necesidad de recibir ayuda personalizada: La terapia o acompañamiento de
un terapeuta o consejero cristiano que pueda trabajar junto a la víctima y su
familia, ayudara a resolver el temor y angustia en la se encuentra sumida.
Las
consecuencias generadas por la violencia
sufrida acaban por destruir el concepto de valía de la víctima, por esto es
necesario trabajar en su auto estima y el valor incuestionable que tiene como
persona creada por Dios y para Dios, además en la toma de decisiones sanas para
construir un nuevo escenario para ella y su futuro.
Investigación
de la Profesora: Marta Yurquina de
Biondi
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